jueves, 2 de septiembre de 2010

La misteriosa dama II

Con tan poca luz no podía distinguir bien la pintura. La curiosidad me tentó y me acerqué dando un traspiés, para no caerme estiré los brazos buscando un apoyo, choqué contra un reborde de la pared y al hacerlo oí un ruido como de ruedas viejas de carruaje. Giré hacia el lado del que venía el sonido y pude ver como en la pared izquierda se habría un hueco del que salía una suave luz azulada. Me dirigí hacia ella muy despacio y  me di cuenta que era una especie de ventana. Desde ella se veía al fondo una playa blanca que brillaba como  si los granos de arena fueran diminutos diamantes. De repente apareció por un costado una sombrilla de encajes, era la mujer de la playa. Lentamente se giró y pude ver su rostro, era la dama del cuadro... De repente ...me desperté con la frente empapada en sudor. Me dolía enormemente la cabeza. Estaba en una cama que no era la mía. A mi lado izquierdo estaba Eliseo. Con sus dos manos agarraba la mía. -Menudo susto nos has dado.-dijo.-  ¿ Cómo se te ocurrió bajar a los sótanos sin una linterna ? Te has golpeado contra un muro de piedra. Me contó que uno de los peones de la obra, me encontró desvanecido al pie de una puerta. -Viste la estancia?-pregunté. -¿De que estancia me hablas ? preguntó él. -Abrí una puerta y descubrí una especie de lugar secreto. Había un cuadro de una mujer muy hermosa... -Calla tienes que descansar. Has estado delirando. Hablabas de una señora, un cuadro..pero habrá sido fruto del golpe...

1 comentario:

Vaquero Jack dijo...

Hola Juan,

Por eso me gusta tu estilo,
como te he comentado otras veces, haces que tu lector se meta en el ambiente. Y hoy no fue la excepción.

"una playa blanca que brillaba como si los granos de arena fueran diminutos diamantes."

Que hermosas palabaras,

tu amigo